"Nuestra casa, captada en su potencia de onirismo, es un nido en el mundo. Vivimos allí con una confianza innata si participamos realmente, en nuestros ensueños, de la seguridad de la primera morada. Para vivir dicha confianza, tan profundamente inscrita en nuestros sueños, no necesitamos enumerar razones materiales de confianza. el nido tanto como la casa on´rica y la casa onírica tanto como el nido-si estamos realmente en el origen de nuestros sueños-no conocen la hostilidad del mundo. Para el hombre la vida empieza durmiendo bien y todos los huevos de los nidos están siempre incubados. La experiencia de la hostilidad del mundo-y por consiguiente nuestros sueños de defensa y agresividad-son más tardíos. En su germen toda vida es bienestar. El ser comienza por el bienestar. En su contemplación del nido, el filósofo se tranquiliza prosiguiendo una meditación de su ser en el ser tranquilo del mundo [...] El nido del hombre, el mundo del hombre no se acaba nunca. Y la imaginación nos ayuda a continuarlos. El poeta no puede abandonar una imagen tan grande y más exactamente, semejante imagen no puede abandonar a su poeta".
"El hombre es mudo, es la imagen la que habla. Porque es evidente que la imagen sola puede sostenerse al mismo paso que la naturaleza" Boris Pasternak
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