"En el fondo del bote, mi compañero dormía. Se hallaba tendido de espaldas, con la cabeza inclinada hacia atrás. Dormía.
El sueño inmovilizaba su rostro. Un rostro moreno y musculoso, con los pómulos salientes; la nariz corta de ventanillas abultadas.
Los labios parecían apretar su sueño con violencia, y dos grandes párpados negros cubrían pesadamente sus ojos cerrados. Así la máscara del sueño moldeaba con firmeza esa pequeña alma salvaje. Entre ella y la carne del rostro no había nada. Pero la vida circulaba por ella con violencia"
Henri Bosco (1888-1976) escritor francés, un fragmento de "El niño y el río" (p. 40)
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