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domingo, 30 de marzo de 2014

ERA MI DOLOR TAN ALTO

"Era mi dolor tan alto,
que la puerta de la casa
de donde salí llorando
me llegaba a la cintura.

¡Qué pequeños resultaban
los hombres que iban conmigo!
Crecí como una alta llama
de tela blanca y cabellos.

Si derribaran mi frente
los toros bravos saldrían,
luto en desorden, dementes,
contra los cuerpos humanos.

Era mi dolor tan alto,
que miraba al otro mundo
por encima del ocaso". 



Manuel Altolaguirre (1905-1959), 
poeta español


sábado, 29 de marzo de 2014

LA ENAMORADA

"Esta lúgubre manía de vivir 
esta recóndita humorada de vivir 
te arrastra alejandra no lo niegues. 

Hoy te miraste en el espejo 
y te fue triste estabas sola 
la luz rugía el aire cantaba 
pero tu amado no volvió 

Enviarás mensajes sonreirás 
tremolarás tus manos así volverá 
tu amado tan amado 

Oyes la demente sirena que lo robó 
el barco con barbas de espuma 
donde murieron las risas 
recuerdas el último abrazo 
oh nada de angustias 
ríe en el pañuelo llora a carcajadas 
pero cierra las puertas de tu rostro 
para que no digan luego 
que aquella mujer enamorada fuiste tú 

Te remuerden los días 
te culpan las noches 
te duele la vida tanto tanto 
desesperada ¿adónde vas? 
desesperada ¡nada más!"


Alejandra Pizarnik (1936-1972), 
poeta argentina


viernes, 28 de marzo de 2014

HAMLET ACTO PRIMERO

"Mira la sala: no es el cortinado
lo que tiembla. Ni la sombra de Hamlet.
Tal vez, tal vez la capa de su padre.
Todas las noches son de Dinamarca.
Los soldados se turnan en la ronda
y lían sus cigarros.
Vuelve tan crudo allí el invierno
que desdibuja en bultos blancos
la tenue imagen del televisor.
Pero la noche tiembla
y las túmidas narices del caballo
nos olfatean bajo la nieve...
¿Qué país no ha escondido algún Rey muerto?
Pasan las propagandas
y retornan los pasos del espectro.
Es él, es él, es su fantasma
y la venganza de esa capa sola
estremece los clavos del perchero.
El locutor anuncia otra nevada
Para mañana, pero roja, siniestra.
Todas las noches son de Dinamarca". 
Eugenio Montejo (1938-2008),  poeta venezolano

jueves, 27 de marzo de 2014

INMEMORIAL

"El misterioso día 
se acaba con las cosas que no devuelve

Nunca nadie podrá reconstruir
lo que pasó ni siquiera en este
más cotidiano de los mansos días

Minuto enigma irrepetible

Quedará tal vez
una sombra una mancha en la pared
vagos vestigios de ceniza en el aire

Pues de otro modo qué condenación
nos ataría a la memora por siempre

Vueltas y vueltas en derredor de instantes vacíos

Despójate del día de hoy para seguir ignorando y viviendo". 


José Emilio Pacheco (1939-2014), poeta mexicano



miércoles, 26 de marzo de 2014

HORAS ALTAS

"En esta hora fluvial 
hoy no es ayer 
y aún parece muy lejos la mañana

Hay un azoro múltiple
extrañeza
de estar aquí de ser
en un ahora tan feroz
que ni siquiera tiene fecha

¿Son las últimas horas de este ayer
o el instante en que se abre
otro mañana?

Se me ha perdido el mundo
y no sé cuándo
comienza el tiempo
de empezar de nuevo

Vamos a ciegas en la oscuridad
Caminamos a oscuras
en el fuego"


José Emilio Pacheco (1939-2014), 

poeta mexicano




martes, 25 de marzo de 2014

LOS ELEMENTOS DE LA NOCHE

"Bajo el mínimo imperio que el ver no ha roído
se derrumban los días, la fe, las previsiones.
En el último valle la destrucción se sacia
en ciudades vencidas que la ceniza afrenta.

La lluvia extingue
el bosque iluminado por el relámpago.
La noche deja su veneno.
Las palabras se rompen contra el aire.

Nada se restituye, nada otorga
el verdor a los campos calcinados.

Ni el agua en su destierro
sucederá a la fuente
ni los huesos del águila
volverán por sus alas"


José Emilio Pacheco (1939-2014), poeta mexicano


lunes, 24 de marzo de 2014

EL FUEGO

"En la madera que se resuelve en chispa y llamarada
luego en silencio y humo que se pierde
miraste deshacerse con sigiloso estruendo tu vida
Y te preguntas si habrá dado calor
si conoció alguna de las formas del fuego
si llegó a a rder e iluminar con su llama
De otra manera todo habrá sido en vano
Humo y ceniza no serán perdonados
pues no pudieron contra la oscuridad
—tal leña que arde en una estancia desierta
o en una cueva que sólo habitan los muertos".


José Emilio Pacheco (1939-2014), poeta mexicano






domingo, 23 de marzo de 2014

LA MATERIA DESHECHA

"Vuelve a mi boca, sílaba, lenguaje
que lo perdido nombra y reconstruye.
Vuelve a tocar, palabra, el vasallaje
con tu propio fuego te destruye.

Regresa, pues, canción, hasta el paraje
en donde el tiempo acaba mientras fluye.
No hay monte o muro que su paso ataje:
lo perdurable, no el instante, huye.

Ahora te nombro, incendio, y en tu hoguera
me reconozco: vi en tu llamarada
lo destruido y lo remoto. 


Era árbol fugaz de selva calcinada
palabra que recobra en su sonido
la materia deshecha del olvido". 


José Emilio Pacheco (1939-2014), poeta mexicano



sábado, 22 de marzo de 2014

ECUACIÓN DE PRIMER GRADO CON UNA INCÓGNITA

"En el último río 
de la ciudad, por error 
o incongruencia fantasmagórica, vi 
de repente un pez casi muerto. Boqueaba 
envenenado por el agua inmunda, letal 
como el aire nuestro. Qué frenesí 
el de sus labios redondos, 
el cero móvil de su boca. 
Tal vez la nada 
o la palabra inexpresable, 
la última voz 
de la naturaleza en el valle. 
Para él no había salvación 
sino escoger entre dos formas de asfixia. 
Y no me deja en paz la doble agonía, 
el suplicio del agua y su habitante. 
Su mirada doliente en mí, 
su voluntad de ser escuchado, 
su irrevocable sentencia. 
Nunca sabré lo que intentaba decirme 
el pez sin voz que sólo hablaba el idioma 
omnipotente de nuestra madre la muerte"


José Emilio Pacheco (1939-2014), poeta mexicano





viernes, 21 de marzo de 2014

EL MAR SIGUE ADELANTE

"Entre tanto guijarro de la orilla 
no sabe el mar 
en dónde deshacerse

¿Cuándo terminará su infernidad
que lo ciñe
a la tierra enemiga
como instrumento de tortura
y no lo deja agonizar
no le otorga un minuto de reposo?

Tigre entre la olarasca
de su absoluta impermanencia
Las vueltas
jamás serán iguales
La prisión
es siempre idéntica a sí misma

Y cada ola quisiera ser la última
quedarse congelada
en la boca de sal y arena
que mudamente
le está diciendo siempre:
Adelante"



José Emilio Pacheco (1939-2014), poeta mexicano



jueves, 20 de marzo de 2014

LOS FANTASMAS DEL DESEO

"Yo no te conocía, tierra; 
con los ojos inertes, la mano aleteante, 
lloré todo ciego bajo tu verde sonrisa, 
aunque, alentar juvenil, sintiera a veces 
un tumulto sediento de postrarse, 
como huracán henchido aquí en el pecho; 
ignorándote, tierra mía, 
ignorando tu alentar, huracán o tumulto, 
idénticos en esta melancólica burbuja que yo soy 
a quien tu voz de acero inspirara un menudo vivir. 

Bien sé ahora que tú eres 
quien me dicta esta forma y este ansia; 
sé al fin que el mar esbelto, 
la enamorada luz, los niños sonrientes, 
no son sino tú misma; 
que los vivos, los muertos, 
el placer y la pena, 
la soledad, la amistad, 
la miseria, el poderoso estúpido, 
el hombre enamorado, el canalla, 
son tan dignos de mí como de ellos yo lo soy; 
mis brazos, tierra, son ya más anchos, ágiles, 
para llevar tu afán que nada satisface. 

El amor no tiene esta o aquella forma, 
no puede detenerse en criatura alguna; 
todas son por igual viles y soñadoras. 
Placer que nunca muere 
beso que nunca muere, 
sólo en ti misma encuentro, tierra mía. 
Nimbos de juventud, cabellos rubios o sombríos, 
rizosos o lánguidos como una primavera, 
sobre cuerpos cobrizos, sobre radiantes cuerpos 
que tanto he amado inútilmente, 
no es en vosotros donde la vida está, sino en la tierra, 
en la tierra que aguarda, aguarda siempre 
con sus labios tendidos, con sus brazos abiertos. 

Dejadme, dejadme abarcar, ver unos instantes 
este mundo divino que ahora es mío, 
mío como lo soy yo mismo, 
como lo fueron otros cuerpos que estrecharon mis brazos, 
como la arena, que al besarla los labios 
finge otros labios, dúctiles al deseo, 
hasta que el viento lleva sus mentirosos átomos. 

Como la arena, tierra, 
como la arena misma, 
la caricia es mentira, el amor es mentira, la amistad es mentira. 
Tú sola quedas con el deseo, 
con este deseo que aparenta ser mío y ni siquiera es mío, 
sino el deseo de todos, 
malvados, inocentes, 
enamorados o canallas. 

Tierra, tierra y deseo. 
Una forma perdida". 

Luis Cernuda (1902-1963), 
poeta sevillano


miércoles, 19 de marzo de 2014

TU VOZ

"Emboscado en mi escritura
cantas en mi poema.
Rehén de tu dulce voz
petrificada en mi memoria.
Pájaro asido a su fuga.
Aire tatuado por un ausente.
Reloj que late conmigo
para que nunca despierte"


Alejandra Pizarnik (1936-1972), 
poeta argentina


martes, 18 de marzo de 2014

NOCTURNO CUERPO

"Cuando de noche, a solas, en tinieblas,
fatigado de no sé qué fatiga
se derrumba mi cuerpo y se acomoda
en la impasible superficie oscura
que le sirve de apoyo y de mortaja,
yo me tiendo también y me limito
al inerme contorno que me entrega,
a la isla de olvido en que se olvida.

Separado de él y en él hundido
recuerdo que lo llevo todo el día
como cárcel de fiebre que me oprime,
como labios que dicen otras frases,
como instinto que burla mis deseos
o acciones desligadas de mi fuerza;
pero al mirarlo así, rendido fardo
indiferente en su actitud de piedra,
tigre de bronce, charco de silencio,
columna de cinismo derribada,
ciega figura en su lección de muerte:
yo lo percibo como carne intrusa
como dolencia de una llaga ajena,
cómplice de un destino que no entiendo,
mudez que no lesiona mi palabra,
verdugo en anestesia secuestrado.

Y por eso al sentirme dividido
y a la vez por su molde aprisionado,
analizo, sospecho, reflexiono
que sus muros endebles que me cercan
son fuego en orfandad, tierra robada,
agua sujeta en venas sumergidas
y aire sin aire arrebatado al aire;
que soy un prisionero de elementos
en honda combustión, que están buscando
fundir los eslabones que los unen
para volver a la pureza intacta
del sitio universal donde eran libres:
la tierra pide su reposo en tierra,
el aire, su acrobacia transparente;
el fuego, la delicia de su llama;
y el agua: la blancura de su hielo,
su cauce, o el prodigio de ser nube.

Al lado de él, alado y enraizado,
lo toco, lo examino desde adentro:
interior de una iglesia ensangrentada,
góticos arcos, junglas musculares,
entretejida pulsación de yedras,
laberinto de lumbre de amapolas
y entraña de una cripta en que se esconde
el numérico albor del esqueleto.

Y yo en medio de juez y de culpable,
de rebelde invasor y de invadido,
de mirar que descubre y se descubre,
de unidad que contempla sus facciones,
de pregunta privada de respuesta,
de espectador que sufre en propia carne
el corporal desgaste de que brotan
sus crecientes acopios de agonía.

Si soy su dueño ¿por qué lo palpo extraño,
despegado de mí -sombra de un árbol-,
corteza sofocante de mi angustia,
vendaje que me oculta, ademe frágil,
imán que me atesora y me difunde,
materia que yo arrastro y que me arrastra?

Y estoy en él, presente, inevitable,
unido en el monólogo y la espera,
crecido en su reverso, y denunciado
por sus manos, sus ojos, sus pasiones,
la quemante ansiedad de sus delirios,
las brumas de sus tiempos de zozobra
y los relámpagos de su alegría.

De dentro a afuera, de raíz a ramas, 
presiono, me sublevo, abro mis fuerzas
para cavar, para acabar los muros
que viven de tenerme prisionero;
pero un amor me nace y me detiene,
un fanatismo de vital amparo,
el apego del ánima y las células,
la intimidad de forma y contenido
acoplando sus ciegas superficies;
y me quedo conforme, sosegado
a la ajustada cárcel que me cubre
para seguir formando el mundo en fiebre
por el que siento que en verdad existo.

Agua, tierra, fuego y aire, en continua
aspersión de sus químicos halagos,
inmersos en la furia de sus hambres,
en escondida trabazón de empujes,
mandando y succionado sus mareas,
haciendo y deshaciendo lo que se inician,
comiéndose a sí mismos, recreando
el desnudo valor de su estructura
en pugnas, atracciones y repechos,
porque quieren, anhelan, buscan, labran
la persistente acción que les devuelva
el vuelo original que poseían.

Esta unión de elementos, este nido
de físicas batallas, de incesantes
reacciones, es mi solo respaldo,
el trágico venero de la fuerza
que me sostiene aún hablando a solas"


Elías Nandino (1900-1993), 
poeta jalisciense


lunes, 17 de marzo de 2014

OBJETOS PERDIDOS

"Por veredas de sueño y habitaciones sordas
tus rendidos veranos me aceleran con sus cantos
Una cifra vigilante y sigilosa 
va por los arrabales llamándome y llamándome
pero qué falta, dime, en la tarjeta diminuta 
donde están tu nombre, tu calle y tu desvelo
si la cifra se mezcla con las letras del sueño,
si solamente estás donde ya no te busco".


Julio Cortázar (1914-1984), 
poeta argentino.


domingo, 16 de marzo de 2014

REMORDIMIENTO EN TRAJE DE NOCHE

"Un hombre gris avanza por la calle de niebla;
no lo sospecha nadie. Es un cuerpo vacío;
vacío como pampa, como mar, como viento,
desiertos tan amargos bajo un cielo implacable.

Es el tiempo pasado, y sus alas ahora

entre la sombra encuentran una pálida fuerza;
es el remordimiento, que de noche, dudando;
en secreto aproxima su sombra descuidada.

No estrechéis esa mano. La yedra altivamente

Ascenderá cubriendo los troncos del invierno.
Invisible en la calma el hombre gris camina.
¿No sentís a los muertos? Mas la tierra está sorda".


Luis Cernuda (1902-1963), 
poeta sevillano



sábado, 15 de marzo de 2014

ALMA AUSENTE

"No te conoce el toro ni la higuera, 
ni caballos ni hormigas de tu casa. 
No te conoce tu recuerdo mudo 
porque te has muerto para siempre. 

No te conoce el lomo de la piedra, 
ni el raso negro donde te destrozas. 
No te conoce tu recuerdo mudo 
porque te has muerto para siempre. 

El otoño vendrá con caracolas, 
uva de niebla y montes agrupados, 
pero nadie querrá mirar tus ojos 
porque te has muerto para siempre. 

Porque te has muerto para siempre, 
como todos los muertos de la Tierra, 
como todos los muertos que se olvidan 
en un montón de perros apagados. 

No te conoce nadie. No. Pero yo te canto. 
Yo canto para luego tu perfil y tu gracia. 
La madurez insigne de tu conocimiento. 
Tu apetencia de muerte y el gusto de su boca. 

La tristeza que tuvo tu valiente alegría. 
Tardará mucho tiempo en nacer, si es que nace, 
un andaluz tan claro, tan rico de aventura. 
Yo canto su elegancia con palabras que gimen 
y recuerdo una brisa triste por los olivos". 


Federico García Lorca (1898-1936), 
poeta español


viernes, 14 de marzo de 2014

¿POETAS DIFÍCILES?

"[...] El cansancio de una sociedad no implica necesariamente la extinción de las artes, ni provoca el silencio del poeta. Más bien es posible que ocurra lo contrario: suscita la aparición de poetas y obras solitarias. Cada vez que surge un gran poeta hermético o movimientos de poesía en rebelión contra los valores de una sociedad determinadas, debe sospecharse que esa sociedad, no la poesía, padece de males incurables. Y esos males pueden medirse atendiendo a dos circunstancias: la ausencia de un lenguaje común y la sordera de la sociedad ante el canto solitario. La soledad del poeta muestra el descenso social. La creación, siempre a la misma altura, acusa la baja de nivel histórico. De ahí que aveces nos parezcan más altos los poetas difíciles. Se trata de un error de perspectiva. No son más altos: simplemente, el mundo que los rodea es más bajo [...] " 

Octavio Paz (1914-1998), 
poeta y ensayista mexicano, 
un fragmento de "El arco y la lira"



jueves, 13 de marzo de 2014

EN TU INMENSA PUPILA DE "LA NOCHE A LA DERIVA" (1984)

"Me reconoces, noche,
me palpas, me recuentas,
no como avara sino como una falsa ciega,
o como alguien que no sabe jamás quién es la náufraga y quién la endechadora.
Me has escogido a tientas para estatua de tus alegorías,
sólo por la costumbre de sumergirme hasta donde se acaba el mundo
y perder la cabeza en cada nube y a cada paso el suelo debajo de los pies.
¿Y acaso no fui siempre tu hijastra preferida,
esa que se adelanta sin vacilaciones hacia la trampa urdida por tu mano,
la que muerde el veneno en la manzana o copia tu belleza del espejo traidor?
Olvidaron atarme al mástil de la casa cuando tú pasabas
para que no me fuera cada vez tras tu flauta encantada de ladrona de niños,
y fue a expensas del día que confundí en tu bolsa la blancura y la nieve, los lobos y las sombras.
Ahora es tarde para volver atrás y corregir las horas de acuerdo con el sol.
Ahora me has marcado con tu alfabeto negro.
Pertenezco a la tribu de los que se hospedan en radiantes tinieblas,
de los que ven mejor con los ojos cerrados y se acuestan del lado del abismo y alzan vuelo y no vuelven
cuando Tomás abre de par en par las puertas del evidente mediodía.
Tú fundas tu Tebaida en lo invisible. Tú no concedes pruebas. Tú aconteces, secreta, innumerable, sin formular,
como una contemplación vuelta hacia adentro,
donde cada señal es el temblor de un pájaro perdido en un recinto inmenso
y cada subida un salto en el vacío contra gradas y ausencias.
Tú me vigilas Tdesde todas partes,
descorriendo telones, horadando los muros, atisbando entre fardos de penumbra;
me encuentras y me miras con la mirada del cazador y del testigo,
mientras descubro en medio de tus altas malezas el esplendor de una ciudad perdida,
o busco en vano el rastro del porvenir en tus encrucijadas.
Tú vas quién sabe adónde siguiendo las variaciones de la tentación inalcanzable,
probándote los rostros extremos del horror, de la extrema belleza,
la imposible distancia de los otros, el tacto del infierno,
visiones que se agolpan hasta donde te alcanza la oscuridad que tengo,
hasta donde comienzas a rodar muerte abajo con carruajes, con piedras y con perros.
Pero yo no te pido lámparas exhumadas ni velos entreabiertos.
No te reclamo una lección de luz,
¿como no le reclamo al agua por la llama ni a la vigilia por el sueño.
¿O habría de confiar menos en ti que en las duras, recelosas estrellas?
¡Hemos visto tantos misterios insolubles con sus blancos reflejos, aun a pleno sol!
Basta con que me lleves de la mano como a través de un bosque,
noche alfombrada, noche sigilosa,
que aprenda yo lo que quieres decir, lo que susurra el viento,
y pueda al fin leer hasta el fondo de mi pequeña noche en tu pupila inmensa". 


Olga Orozco (1920-199),
poeta argentina


miércoles, 12 de marzo de 2014

EN DONDE LA MEMORIA ES UNA TORRE EN LLAMAS


"No, ninguna caída logró trocarse en ruinas
porque yo alcé la torre con ascuas arrancadas de cada infierno del corazón.
Tampoco ningún tiempo pronunció ningún nombre con su boca de arena
porque de grada en grada un lenguaje de fuego los levantó hasta el cielo.

Nadie se muere aquí.
Una criatura vela
envuelta entre sus plumas de ángel invulnerable
jugando con ayer convertido en mañana.
Vuelve a escarbar con un trozo de espejo los terrenos prohibidos,
la oscuridad sin nombre todavía,
para entregar a cada huésped la llave al rojo vivo que abrirá cualquier puerta hacia este lado,
una consigna de sobreviviente
y las semillas de su eternidad
—un áspero alimento con un sabor a sed que nunca cesa—.

Nadie se pierde aquí.
A la entrada de cada laberinto
la adolescente aguarda con un ovillo sin fin entre las manos.
Otra vez del costado donde perdura el eco,
una vez más del lado que se abre como un faro hacia la soledad,
hay un hilo que corre solamente desde siempre hasta nunca,
que ata con unos nudos invencibles las ligaduras de la separación.
Con ese mismo hilo tejía sus disfraces de araña la impostura
y el estrangulador, noche tras noche, preparaba su lazo mejor para mañana.
Pero ella sonríe aún detrás de su cristal de azul melancolía
escribiendo sobre el vaho de las nuevas traiciones las más viejas promesas
con un tizón ardiendo,
para que nadie pierda la señal,
para que a nadie borre ni siquiera el perdón.

Nadie sale de aquí.
Yo convierto los muros de ansiosas hogueras que alimento con sal de la nostalgia,
con raíces roídas hasta el frío del alma por la intemperie y el destierro.
Yo cierro con mis ojos todas las cerraduras.
No hay grieta que se entreabra como en una sonrisa para burlar la ley,
ni tierra que se parta en la vergüenza,
ni un portal de cenizas labrado por la cólera, el sueño o el desdén.
Nada más que este asilo de paso hacia el final,
donde siempre es ahora en todas partes al sol de la vigilia,
donde los corredores guardan bajo sus alas de ladrones de adiós a todo mensajero del destino,
donde las cámaras de las torturas se abren en una escena de dicha o infortunio que ninguna distancia consigue restañar,
y por cada escalera se asciende una vez más hasta el fondo de la misma condena.

Esta es la torre en llamas en medio de las torres fantasmas del invierno
que huelen a guarida de una sola estación,
a sótano cerrado sobre unas aguas quietas que nadie quiere abrir.
A veces sus emisarios vienen para trocar cada cautivo ardiente por una sombra en vuelo.
Entonces oigo el coro de las apariciones.
Llaman áridamente igual que una campana sepultada.
Zumban como un enjambre elaborando para mi memoria un ataúd de reina helada en el exilio.

Mis días en los otros ya no son nada más que una semilla seca,
un hilo roto,
la irrevocable momia del olvido"

Olga Orozco (1920-199),
poeta argentina