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lunes, 30 de junio de 2014

AMOR PROHIBIDO

"Subes centelleante de labios y de ojeras! 
Por tus venas subo, como un can herido 
que busca el refugio de blandas aceras. 

Amor, en el mundo tú eres un pecado! 
Mi beso en la punta chispeante del cuerno 
del diablo; mi beso que es credo sagrado! 

Espíritu en el horópter que pasa 
¡puro en su blasfemia! 
¡el corazón que engendra al cerebro! 
que pasa hacia el tuyo, por mi barro triste. 
¡Platónico estambre 
que existe en el cáliz donde tu alma existe! 

¿Algún penitente silencio siniestro? 
¿Tú acaso lo escuchas? Inocente flor! 
... Y saber que donde no hay un Padrenuestro, 
el Amor es un Cristo pecador!"


César Vallejo (1892-1938), poeta chileno



domingo, 29 de junio de 2014

LAS IMÁGENES DEL SOÑADOR

"Y por todas partes, el poeta hace brotar las imágenes. Nos da un átomo de universo en multiplicación. Guiado por el poeta, el soñador, desplazando su rostro, renueva su mundo. De la miniatura del quiste de vidrio, el soñador hace surgir un mundo. El soñador obliga al mundo "a correr las más insólitas reptaciones" (André-Pievre). El soñador hace correr ondas de irrealismo sobre lo que era el mundo real" 

Gastón Bachelard (1884 1962),  filósofo y poeta francés, fragmento de "Poética del espacio" (p. 193)





sábado, 28 de junio de 2014

LAS IMÁGENES DE LA PRIMERA VEZ

"El trabajador tiene una disciplina de objetividad que detiene todos los ensueños de la imaginación. Ya ha visto lo que observa en el microscopio. Podría decirse, de un modo paradójico, que no ve nunca por primera vez. En todo caso, en el reino de la observación científica y en la segura objetividad, la "primera vez" no cuenta. 
La observación pertenece entonces al reino de las "varias veces". Psicológicamente en el trabajo científico es preciso digerir primero la sorpresa. Lo que el sabio observa está bien definido en un cuerpo de pensamientos y de experiencias. No es, pues, al nivel de los problemas de la experiencia científica donde tenemos que hacer observaciones cuando estudiamos la imaginación. Olvidando, como hemos dicho ya en nuestra Introducción, todos nuestros hábitos de objetividad científica, debemos buscar las imágenes de la primera vez"

Gastón Bachelard (1884 1962),  filósofo y poeta francés, fragmento de "Poética del espacio" (p. 192)




viernes, 27 de junio de 2014

LA LUPA

"Lo grande sale de lo pequeño, no por la ley lógica de una dialéctica de los contrarios, sino gracias a la liberación de todas las obligaciones de las dimensiones, liberación que es la característica misma de la actividad de la imaginación [...] La lupa condiciona, en esta experiencia, una entrada en el mundo. El hombre de la lupa no es aquí el anciano que quiere con unos ojos cansados de ver, leer todavía el periódico. El hombre de la lupa toma el mundo como una novedad. Si nos confiara sus descubrimientos vividos, nos daría documentos de fenomenología pura, donde el descubrimiento del mundo, o la entrada en el mundo, sería más que una palabra gastada, más que una palabra empanada por su uso filosófico tan frecuente [...] El hombre de la lupa suprime-muy simplemente-el mundo familiar. Es una mirada fresca ante un objeto nuevo. La lupa del botánico es la infancia vuelta a encontrar. Presta de nuevo al botánico la mirada amplificadora del niño. Con ella, vuelve al jardín, en el jardín. Así lo minúsculo, puesta estrecha, si las hay, abre el mundo. El detalle de una cosa puede ser el signo de un mundo nuevo, de un mundo, que como todos los mundos, contiene los atributos de la grandeza. 
La miniatura es uno de los albergues de la grandeza"

Gastón Bachelard (1884 1962),  filósofo y poeta francés, fragmento de "Poética del espacio" (p. 191)





jueves, 26 de junio de 2014

EL AMOR DE PLINIO

"[...] en el famoso escrito que Plinio dirige a su esposa para llorar su ausencia, lo que aparece no es simplemente, como en tantas otras cartas, el hombre que toma a su esposa admirativa y dócil por testigo de sus trabajos literarios y de sus éxitos de tribuna: es un hombre que tiene hacia su mujer un apego intenso y un deseo físico tan vivo que no puede evitar buscarla noche y día aunque ya no esté: 

No podrías creer cuánto te hecho de menos; la razón es mi amor, en primer lugar, y, luego, el hecho de que no tenemos la costumbre de estar separados. Por eso una gran parte de mis noches me la paso despierto representándome tu imagen; por eso, en pleno día, a la hora en que acostumbraba a ir a verte, mis pies me llevan por sí mismos a tu habitación; por eso, finalmente, triste y afligido como si me hubieran cerrado la puerta, regreso a tu cuarto vacío. Hay un solo momento en el que escapo de esta tortura: es el paso en el foro, absorto en el proceso de mis amigos. Represéntate pues lo que es mi vida, cuando tengo que buscar reposo en el trabajo y consuelo en los sinsabores y las preocupaciones.

Las fórmulas que aparecen en esta carta merecen ser retenidas. La especificidad de una relación conyugal personal, intensa y afectiva, independiente tanto del estatuto y de la autoridad maritales como de las responsabilidades de la casa, aparece claramente en ella: el amor se distingue con cuidado del hábito de compartir la existencia, incluso cuando ambos contribuyan de manera legítima a hacer preciosa la presencia de la esposa y dolorosa su ausencia. Por otra parte, Plinio expone varios de los signos tradicionales reconocidos en la pasión amorosa: las imágenes que obsesionan las noches, los movimientos involuntarios de idas y vueltas, la búsqueda del objeto perdido, pero esos modos de proceder que pertenecen al cuadro clásico y negativo de la pasión son presentados aquí de manera positiva, o más bien, el sufrimiento del esposo, el movimiento apasionado por el que se ve arrastrado, el hecho de que esté dominado por su deseo y su pena se plantean como pruebas positivas del afecto conyugal. Finalmente, entre vida matrimonial y actividad pública, Plinio establece no un principio común que unifique el gobierno de la casa y la autoridad sobre los demás, sino un juego complejo de sustitución y de compensación: a falta de encontrar en su casa la dicha que le proporcionaba su mujer, se sume en los asuntos públicos. ¡Cuán viva ha de ser su herida para que encuentre en los sinsabores de la vida en el exterior los consuelos de sus penas privadas!"

Michel Foucault (1926-1984) filósofo francés, un fragmento de Historia de la Sexualidad (La inquietud de sí, p.p.89 a 91)


miércoles, 25 de junio de 2014

OBSERVAR E IMAGINAR

"El espíritu que imagina, sigue aquí la vía inversa del espíritu que observa. La imaginación no quiere llegar a un diagrama que resumiría conocimientos. Busca un pretexto para multiplicar las imágenes y cuanto la imaginación se interesa en una imagen aumenta su valor [...] Describir un ensueño objetivamente es ya disminuirlo y detenerlo. ¡Cuántos sueños contados objetivamente no son ya más que onirismo en polvo! En presencia de una imagen que sueña, hay que tomar ésta como una invitación a continuar el ensueño que la ha creado [...] la imaginación no se equivoca nunca, porque la imaginación no tiene que confrontar una imagen con una realidad objetiva"

Gastón Bachelard (1884 1962),  filósofo y poeta francés, fragmento de "Poética del espacio" (p. 187-189)



martes, 24 de junio de 2014

LA MINIATURA

"La Representación no es más que un cuerpo de expresionespara comunicar a los demás nuestras propias imágenes. En el eje de una filosofía que acepta la imaginación  como facultad básica, puede decirse al modo schopenhaureriano: "el mundo es mi imaginación". Poseo el mundo tanto más cuanta mayor habilidad tenga para miniaturizarlo. Pero de paso hay que comprender que en la miniatura los valores se condensan y se enriquecen"
    
Gastón Bachelard (1884 1962),  filósofo y poeta francés, fragmento de "Poética del espacio" (p. 186)


lunes, 23 de junio de 2014

UNA GRIETA EN EL MURO

"¡Cuántas veces el poeta-pintor en su cárcel no ha atravesado los muros por un túnel! ¡Cuántas veces pintando ensueños, se ha evadido por una grieta del muro! Para salir de la cárcel todos los medios son buenos y en caso de necesidad lo absurdo nos libera" 

Gastón Bachelard (1884 1962),  filósofo y poeta francés, fragmento de "Poética del espacio" (p. 186)



domingo, 22 de junio de 2014

LAS PALABRAS, LOS HOGARES

"Las palabras-lo imagino con frecuencia-son casitas con su bodega y su desván. El sentido común habita en la planbta baja, siempre dispuesto al "comercio exterior", de tú a tú con el vecinito, con ese transeunte que no es nunca un soñador. Subir la escalera de la casa de la palabra es, de peldaño en peldaño, abstraerse. Bajar a la bodega es soñar, es perderse en los lejanos corredores de una etimología incierta, es buscar en las palabras tesoros inencontrables. Subir y bajar, en las palabras mismas, es la vida del poeta. Subir demasiado alto, descender demasiado bajo son cosas permitidas al poeta que une lo terrestre y lo aéreo.
¿Sólo el filósofo será condenado por sus semejantes a vivir siempre en la planta baja? 

Gastón Bachelard (1884 1962),  filósofo y poeta francés, fragmento de "Poética del espacio" (p. 183)



sábado, 21 de junio de 2014

EL LENGUAJE SUEÑA

"Parece que la espiral nos coge con sus manos juntas. El dibujo es más activo respecto a lo que encierra que respecto a lo que exfolia. Lo siente el poeta que se va a habitar el arco de una voluta, a encontrar el calor y la vida tranquila en el seno de una curva.
La filosofía intelectualista que quiere conservar las palabras en la precisión de sus sentidos, que toma las palabras como a los mil pequeños instrumentos de un pensamiento lúcido tiene a la fuerza que asombrarse ante las audacias del poeta. Y sin embargo, un sincretismo de la sensibilidad impide que las palabras cristalicen en sólidos perfectos. En el sentido central del sustantivo se aglomeran adjetivos insólitos. Un ambiente nuevo permite a la palabra entrar, no sólo en los pensamientos, sino también en los ensueños. El lenguaje sueña [...] La gracia de una curva es una invitación a permanecer. No puede uno evadirse de ella sin esperanza de retorno. La curva amada tiene poderes de nido; es un llamamiento a la posesión. Es un rincón curva. Es una geometría habitada. Estamos allí en un mínimo de refugio, en el esquema ultrasimplificado de un ensueño en reposo. Sólo el soñador que se colma de gozo contemplando unos bucles sabe de esas alegrías sencillas del reposo dibujado " 

Gastón Bachelard (1884 1962),  filósofo y poeta francés, fragmento de "Poética del espacio" (p. 181-183)

"Y he aquí que me he convertido en un dibujo de adorno/volutas sentimentales/Enroscamiento de las espirales/Superficie organizada en negro y blanco/ Y sin embargo me acabo de oir respirar/ Es acaso un dibujo/ Soy acaso yo" Pierre Albert-Birot

viernes, 20 de junio de 2014

POESÍA/FILOSOFÍA

"Sí, pero cuando las críticas de la razón, cuando los desprecios de la filosofía, cuando las tradiciones de la poesía se unen para alejarnos de los ensueños laberínticos del poeta, de todas maneras el poeta ha hecho de su poema un cepo para soñadores"

Gastón Bachelard (1884 1962),  filósofo y poeta francés, fragmento de "Poética del espacio" (p. 180)


jueves, 19 de junio de 2014

RINCONES

"Para los grandes soñadores de rincones, de ángulos, de agujeros, nada está vacío, la dialéctica de lo lleno y de lo vacío sólo corresponde a dos irrealidades geométricas. La función de habitar comunica lo lleno y lo vacío. Un ser vivo llena un refugio vacío.
Y las imágenes habitan. Todos los rincones están encantados, si no habitados [...] El rincón se convierte en un armario de recuerdos. Habiendo franqueado los mil pequeños umbrales del desorden de las cosas polvorientas, los objetos-recuerdos ponen el pasado en orden. Se asocian a la inmovilidad condensada los más distantes viajes a un mundo desaparecido"

Gastón Bachelard (1884 1962),  filósofo y poeta francés, fragmento de "Poética del espacio" (p. 175-178)



miércoles, 18 de junio de 2014

SEÑOR DE PINAMONTE

"El soñador está feliz de estar triste, contento de estar solo y de esperar. En ese rincón se medita sobre la vida y la muerte, como sucede, siempre en las cimas de la pasión: "Vivir y morir en ese rincón sentimental, te decías; sí, vivir y morir: ¿por qué no, señor Pinamonte, amigo de los rinconcillos oscuros y polvorientos?" (Milosz)"

Gastón Bachelard (1884 1962),  filósofo y poeta francés, fragmento de "Poética del espacio" (p. 175)



martes, 17 de junio de 2014

SER Y ESCRIBIR

"Ese pasado irreal proyectado atrás de un relato por la actividad literaria, enmascara con frecuencia la actualidad del ensueño, de un ensueño que tendría todo valor fenomenológico si nos lo dieran en una ingenuidad verdaderamente actual. Pero ser y escribir son difíciles de aproximar"

Gastón Bachelard (1884 1962),  filósofo y poeta francés, fragmento de "Poética del espacio" (p. 173)


lunes, 16 de junio de 2014

LA FALSA VIDA

"Alguien te sigue a veces en silencio. 
Las cosas nunca dichas 
Se transforman en actos. 
Atraviesas la noche en las manos del sueño, 
Pero el otro, implacable, 
No te abandona: lucha 
Contra la irrealidad, la falsa vida 
Donde todo es ocaso. 

Frágil perseguidor que eres tú mismo, 
Lo has obligado a ser, en guardia siempre, 
El minucioso espejo que no olvida"

José Emilio Pacheco (1939-2014), poeta mexicano

viernes, 13 de junio de 2014

UNA IMAGEN ABRE EL MUNDO

"[...] en su frescura, en su actividad propia, la imaginación hace cosas extrañas con elementos familiares. Con un detalle poético, la imaginación nos sitúa ante un mundo nuevo. Desde entonces el detalle supera al panorama. Una simple imagen, si es nueva, abre un mundo. Visto desde las mil ventanas de lo imaginario el mundo es mudable. Renueva, pues, el problema de la fenomenología. Resolviendo los pequeños problemas, se aprende a resolver los grandes"

Gastón Bachelard (1884 1962),  filósofo y poeta francés, fragmento de "Poética del espacio" (p. 170)




jueves, 12 de junio de 2014

LA OSTRA

"En los Cuadernos de Leonardo da Vinci: "La ostra se abre de par en par bajo la luna llena y el cangrejo, cuando la ve, le arroja un trozo de piedra o una brizna para impedir que se cierre y le sirva entonces de alimento". Y Leonardo, como conviene, añade a esta fábula su moraleja: "Así sucede con la boca que revelando sus secretos se pone a merced del oyente indiscreto"

Gastón Bachelard (1884 1962),  filósofo y poeta francés, fragmento de "Poética del espacio" (p. 161 y 162)



miércoles, 11 de junio de 2014

EL SER EN SU CONCHA

"El ser que se esconde, el ser que se "centra en su concha" prepara "una salida". Esto es cierto en toda escala de las metáforas, desde la resurrección de un ser sepultado, hasta la expresión súbita del hombre largo tiempo taciturno. Quedándonos aún en el centro de la imagen que estudiamos, el ser prepara explosiones temporales del ser, torbellinos de ser. Las evasiones más dinámicas se efectúan a partir del ser comprimido, y no en la mullida pereza del ser perezoso que sólo desea ir a emperezarse a otro lado. Si se vive la imaginación paradójica del molusco vigoroso-los grabados que comentamos nos dan imágenes claras de ellos-se llega a la más decisiva de las agresividades, a la agresividad diferida, a la agresividad que espera. Los lobos enconchados son más crueles que los lobos errantes "

Gastón Bachelard (1884 1962),  filósofo y poeta francés, fragmento de "Poética del espacio" (p. 146)


"Mi sombra forma una concha sonora/ Y el poeta escucha su pasado/ En la concha de la sombra de su cuerpo" 
Maxime Alexandre

martes, 10 de junio de 2014

EL UMBRAL SENSIBLE

"Quisiéramos ver y tenemos miedo de ver. Éste es el umbral sensible de todo conocimiento. El interés ondula sobre dicho umbral, se turba, vuelve"

Gastón Bachelard (1884 1962),  filósofo y poeta francés, fragmento de "Poética del espacio" (p. 145)



lunes, 9 de junio de 2014

EL MOVIMIENTO DE LOS VERBOS

"El hombre vive de las imágenes. Como todos los grandes verbos, salir de exigiría múltiples investigaciones donde se reunieran junto a ejemplos concretos los movimientos apenas sensibles de ciertas abstracciones. 
Ya no sentimos una acción en las derivaciones gramaticales, en las deducciones y en las inducciones. 
Los propios verbos se endurecen como si fueran sustantivos. Sólo las imágenes pueden volver a poner en movimiento los verbos"

Gastón Bachelard (1884 1962),  filósofo y poeta francés, fragmento de "Poética del espacio" (p. 144 y 145)



domingo, 8 de junio de 2014

HAY QUE...

"[...] hay que vivir para edificar la casa y no edificar la casa para vivir en ella"

Gastón Bachelard (1884 1962),  filósofo y poeta francés, fragmento de "Poética del espacio" (p. 141)


sábado, 7 de junio de 2014

NUESTRA CASA, NIDO EN EL MUNDO

"Nuestra casa, captada en su potencia de onirismo, es un nido en el mundo. Vivimos allí con una confianza innata si participamos realmente, en nuestros ensueños, de la seguridad de la primera morada. Para vivir  dicha confianza, tan profundamente inscrita en nuestros sueños, no necesitamos enumerar razones materiales de confianza. el nido tanto como la casa on´rica y la casa onírica tanto como el nido-si estamos realmente en el origen de nuestros sueños-no conocen la hostilidad del mundo. Para el hombre la vida empieza durmiendo bien y todos los huevos de los nidos están siempre incubados. La experiencia de la hostilidad del mundo-y por consiguiente nuestros sueños de defensa y agresividad-son más tardíos. En su germen toda vida es bienestar. El ser comienza por el bienestar. En su contemplación del nido, el filósofo se tranquiliza prosiguiendo una meditación de su ser en el ser tranquilo del mundo [...] El nido del hombre, el mundo del hombre no se acaba nunca. Y la imaginación nos ayuda a continuarlos. El poeta no puede abandonar una imagen tan grande y más exactamente, semejante imagen no puede abandonar  a su poeta". 

Gastón Bachelard (1884 1962),  filósofo y poeta francés, fragmento de "Poética del espacio" (p. 137 y 138)
"El hombre es mudo, es la imagen la que habla. Porque es evidente que la imagen sola puede sostenerse al mismo paso que la naturaleza" Boris Pasternak 

viernes, 6 de junio de 2014

LOS NIDOS

"[...]es en los libros donde gozamos la sorpresa de "descubrir un nido" [...] La casa nido no es nunca joven. Podría decirse con cierta pedantería que es el lugar natural de la función de habitar. Se vuelve a ella, se sueña en volver como el pájaro vuelve al nido, como el cordero vuelve al redil. Este signo del retorno señala infinitos ensueños, porque los retornos humanos se realizan sobre el gran ritmo de la vida humana, ritmo que franquea años, que lucha por el sueño contra todas las ausencias. Sobre las imágenes relacionadas con el nido y la casa, resuena un íntimo componente de fidelidad. 
En este terreno todo sucede por toques sencillos y delicados. El alma es tan sensible a esas simples imágenes que en una lectura armónica oye todas las resonancias. Una lectura al nivel de los conceptos resultaría insípida, fría, lineal. Nos pide que comprendamos las imágenes unas tras otras. Y en este terreno de la imagen del nido los rasgos son tan simples que nos sorprende que puedan encantar a un poeta. Pero la simplicidad trae el olvido y de súbito sentimos gratitud hacia el poeta que encuentra en un toque raro, el talento de renovarla [...] Pero para comparar tan dulcemente la casa y el nido ¿no es preciso haber perdido la morada de la felicidad? Oímos un ay en ese canto de ternura. Si se vuelve a la vieja casa como se vuelve al nido, es porque los recuerdos son sueños, porque la casa del pasado se ha convertido en una gran imagen, la gran imagen de las intimidades perdidas"
   
Gastón Bachelard (1884 1962),  filósofo y poeta francés, fragmento de "Poética del espacio" (p. 130-137)


"Soñé con un nido donde los árboles rechazaban la muerte"
 Adolphe Shedrow

jueves, 5 de junio de 2014

LOS REFUGIOS

" [...] el poeta,  por la multiplicidad de las imágenes, nos vuelve sensibles al poder de los distintos refugios"

Gastón Bachelard (1884 1962),  filósofo y poeta francés, fragmento de "Poética del espacio" (p. 124)

miércoles, 4 de junio de 2014

LA CERRADURA Y EL COFRE

"Toda cerradura es una llamada al ladrón. ¡Qué umbral psicológico es una cerradura! ¡Qué desafío al indiscreto cuando se cubre de adornos! ¡Cuántos "complejos" en una cerradura adornada! [...]  Ya no hay nada que confesar cuando se sueña con llaves y cerraduras. Pero la poesía desborda el psicoanálisis por todas partes. 
Convierte siempre el sueño en ensoñación. Y el ensueño poético no puede satisfacerse como un rudimento de historia; no puede anudarse sobre un nudo complexual. El poeta vive un ensueño que vela y, sobre todo, su ensueño permanece en el mundo, ante los ojos del mundo. Amasa universo en torno a un objeto, en un objeto. Helo aquí que abre los cofres, que amontona riquezas cósmicas en un exiguo cofrecillo. Si en el cofrecillo hay joyas y piedras preciosas, es un pasado, un largo pasado, un pasado que cruza las generaciones que el poeta va a novelar. Las gemas hablarán de amor, naturalmente. Pero también hablarán de poder, de destino. Todo eso es mucho más grande que una llave y su cerradura[...] El cofre, sobre todo el cofrecillo, del que uno se apropia con más entero dominio, son objetos que se abren. Cuando el cofrecillo se cierra vuelve a la comunidad de los objetos; ocupa su lugar en el espacio exterior; pero ¡se abre! Entonces, este objeto que se abre es, como diría un filósofo matemático, la primera diferencial del descubrimiento [...] Si el poeta cierra el cofrecillo suscita una vida nocturna en la intimidad del mueble.
"Cuando el mueble está cerrado, cuando el oído de los inoportunos está tapado por el sueño o colmado de ruidos exteriores, cuando el pensamiento de los hombres pesa sobre algún objeto positivo, entonces surgen extrañas escenas en el salón del mueble, algunos personajes insólitos por su aspecto y su tamaño salen de los pequeños espejos" (Charles Cros) 
Esta vez, en la noche del mueble, los reflejos encerrados reproducen objetos. La inversión del interior y el exterior es vivida por el poeta con tal intensidad que repercute en una intervención de objetos y de reflejos [...] En realidad el poeta ha traducido a lo concreto un tema psicológico bien general: habrá siempre más cosas en un cofre cerrado que en un cofre abierto. La comprobación es la muerte de las imágenes. Imaginar será siempre más grande que vivir. 
El trabajo del secreto prosigue sin fin, del ser que oculta al ser que se oculta. El cofrecillo es un calabozo de objetos. Y he aquí que el soñador se encuentra en el calabozo de su secreto. Lo quisiera abrir y quisiera abrirse [...] El que entierra un tesoro se entierra con él. El secreto es una tumba y por algo el hombre discreto se jacta de ser una tumba para los secretos que se le confían"

Gastón Bachelard (1884 1962),  filósofo y poeta francés, fragmento de "Poética del espacio" (p. 115-123)

"Busco en los cofres que me rodean burtalmente/ Poniendo tinieblas por arriba y por debajo/ En cajas profundas, profundas/Como si ya no fueran de este mundo" Jules Supervielle

martes, 3 de junio de 2014

EL ARMARIO

"El armario y sus estantes, el escritorio y sus cajones, el cofre y su doble fondo, son verdaderos órganos de la vida psicológica secreta. Sin esos "objetos" y algunos otros así valuados, nuestra vida íntima no tendría modelo de intimidad. Son objetos mixtos, objetos-sujetos. Tienen, como nosotros, por nosotros, para nosotros, una intimidad. 
¿Hay un solo soñador de palabras que no vibre al oir la palabra armario? Armario, una de las grandes palabras de la lengua francesa, majestuoso a la vez y familiar. ¡Qué hermoso y qué gran volumen de aliento! ¡Cómo inicia el soplo con la a de su primera sílaba y cómo lo cierra dulcemente en su sílaba que expira! No se tiene nunca prisa cuando se da a las palabras su ser poético. Y la e de armoire es tan muda que ningún poeta quisiera hacerla sonar. Quizá por esto, en poesía, la palabra se emplea siempre en singular. En plural, el menor enlace le daría tres sílabas. 
Ahora bien, en francés, las grandes palabras, las palabras poéticamente dominadoras, sólo tienen dos. Y a bella palabra, bella cosa. Para la palabra que suena gravemente, el ser de la profundidad. Todo poeta de los muebles-sea un poeta en su desván, un poeta sin muebles-sabe por instinto que el espacio interior del viejo armario es profundo. El espacio interior del armario es un espacio de intimidad, un espacio que no se abre a cualquiera. 
Y las palabras obligan. En un armario sólo un pobre de espíritu podría colocar cualquier cosa.
Poner cualquier cosa, de cualquier modo en cualquier mueble, indica una debilidad insigne de la función de habitar. En el armario vive un centro de orden que protege a toda las casa contra un desorden sin límites. allí reina el orden o más bien, allí el orden es un reino. El orden no es simplemente geométrico. El orden se acuerda allí de la historia de la familia"

Gastón Bachelard (1884 1962),  filósofo y poeta francés, fragmento de "Poética del espacio" (p. 111-113)


"El armario- dice Milosz - está lleno del tumulto mudo de los recuerdos" 
 Gastón Bachelard (p.p. 113)

lunes, 2 de junio de 2014

LA IMAGEN Y LA METÁFORA

"Recibo siempre un sueño choque, un pequeño dolor de lenguaje cuando un gran escitor emplea una palabra en sentido peyorativo. Primeramente las palabras, todas las palabras desempeñan honradamente su oficio  en el lenguaje de la vida cotidiana. Después, las palabras más habituales, las palabras adheridas a las realidades más comunes no pierden por eso sus posibilidades poéticas. ¡qué desdén cuando Bergson habla de los cajones! La palabra llega siempre como una metáfora polémica. Ordena y juzga, juzga siempre del mismo modo. Al filósofo no le gustan los argumentos de cajón. 
El ejemplo nos parece bueno para mostrarnos la diferencia radical entre la imagen y la metáfora. 
Vamos a insistir un poco sobre esta diferencia antes de volver a nuestras encuestas sobre las imágenes de intimidad solidarias de todos los escondites donde el hombre, gran soñador de cerraduras, encierra o disimula sus secretos.
En Bergson, las metáforas son abundantes y en cambio las imágenes escasean. Parece que para él la imaginación fuera toda metafórica. La metáfora viene a dar un cuerpo concreto a una impresión difícil de expresar. La metáfora es relativa a un ser psíquico diferente de ella. La imagen obre de la imaginación absoluta, recibe al contrario su ser de la imaginación. Exagerando luego nuestra comparación entre la  metáfora y la imagen, comprenderemos que la metáfora no es susceptible de un estudio fenomenológico. No vale la pena. No tiene valor fenomenológico. Es todo lo más, una imagen fabricada, sin  raíces profundas verdadera, reales. 
Es una expresión efímera, o que debería serlo, empleada una vez al pasar. Hay que tener cuidado de no pensarla con exceso. Hay que temer que los que la leen la piensan. ¡Qué gran éxito ha tenido entre los bergsonianos la metáfora del cajón!
A la inversa de la metáfora, a una imagen le podemos entregar nuestro ser de lector, es donadora de ser. La imagen, obre pura de la imaginación absoluta, es un fenómeno de ser, uno de los fenómenos específicos del ser parlante.
Como es sabido, la metáfora del  cajón, y algunas otras como la de "el traje hecho", son utilizadas por Bergson para explicar la insuficiencia de una filosofía del concepto. Los conceptos son cajones que sirven para clasificar los conocimientos; los conceptos son trajes hechos que desindividualizan los conocimientos vividos. Cada concepto tiene su cajón en el mueble de las categorías. El concepto  se convierte en pensamiento muerto, puesto que es, por definición, pensamiento clasificado. 
Indiquemos algunos textos que señalan bien el carácter polémico de la metáfora del cajón en la filosofía bergsoniana. 
En 1907 se lee en La evolución creadora: "La memoria, como hemos tratado de demostrar, no es la facultad de clasificar recuerdos en un cajón o inscribirlos en un registro, no hay registro, no hay cajón..."
La razón, ante cualquier objeto nuevo, se pregunta (La evolución creadora): "¿Cuál de esas categorías antiguas es la que conviene al objeto nuevo? ¿En qué cajón pronto a abrirse lo haremos entrar? ¿Con qué trajes ya cortados vamos a vestirlo?" Porque claro está, basta un traje hecho para encerrar en él a un pobre racionalista. En la segunda conferencia en Oxford, el 27 de mayo de 1911 (reproducida en El pensamiento y lo moviente) Bergson demuestra la pobreza de la imagen que desearía que hubiera "aquí y allí, en el cerebro, cofrecillos para recuerdos que conservan fragmentos del pasado".
En la "Introducción a la Metafísica" (El pensamiento y lo moviente), Bergson dice que en cuanto a Kant, la ciencia "no le enseña más que marcos encajados en otros marcos"
La metáfora obsesiona de nuevo el espíritu del filósofo cuando escribe en su ensayo El pensamiento y lo moviente, 1922, ensayo que en muchos aspectos resume su filosofía. Repite que las palabras en la memoria no han sido depositadas "en un cajón cerebral u otro".
Si este fuera el lugar a propósito, podríamos demostrar que en la ciencia contemporánea, la actividad en la invención de los conceptos hecha necesaria por la evolución del pensamiento científico rebasa los conceptos que se determinan mediante simples clasificaciones, "encajándose los unos en los otros" según la expresión del filósofo (El pensamiento y lo moviente). Frente a una filosofía que quiere instruirse sobre la conceptualización en las ciencias contemporáneas, la metáfora de los cajones sigue siendo un instrumento polémico rudimentario. Pero para el problema que nos ocupa actualmente, que consiste en distinguir metáfora e imagen, tenemos aquí un ejemplo de una metáfora que se endurece, que pierde hasta su espontaneidad de imagen. Esto se hace sobre todo sensible en el bergsonismo, tal como lo simplifica la enseñanza. La metáfora polémica que es el cajón en su archivero, vuelve con frecuencia en las exposiciones elementales para denunciar las ideas estereotipadas. Se puede incluso prever, al escuchar ciertas lecciones, que va a surgir la metáfora del cajón. 
Ahora bien, cuando se presiente la metáfora, es que la imaginación está fuera de causa. Dicha metáfora, instrumento polémico rudimentario-y algunas otras que la modifican muy poco, han mecanizado la polémica de los bergsonianos contra los filósofos del conocimiento, en particular contra lo que Bergson llamaba con un epíteto que juzga demasiado pronto, "el racionalismo seco".
Estas rápidas observaciones sólo tienden a demostrar que una metáfora no debería ser más que un accidente de la expresión y que es peligroso convertirla en pensamiento. La metáfora es una falsa imagen, puesto que no tiene la virtud directa de una imagen productora de expresión, formada por un ensueño hablado"

Gastón Bachelard (1884 1962),  filósofo y poeta francés, fragmento de "Poética del espacio" (p. 107-110)


domingo, 1 de junio de 2014

LA CASA, UN ESTADO DEL ALMA

"Toda gran imagen simple es reveladora de un estado del alma. La casa es, más aún que el paisaje, un estado de alma. Incluso reproducida en su aspecto exterior, dice una intimidad. Algunos psicólogos, en particular Francoise Minkowska y los trabajadores que ella ha sabido adiestrar, han estudiado los dibujos de casas hechos por los niños. se puede hacer de ellos el motivo de una prueba. La prueba de la casa tiene incluso la ventaja de estar abierta a la espontaneidad, porque muchos niños dibujan espontáneamente, con el lápiz en la mano, una casa. 
Además, dice Mne Balif: "Pedir al niño que dibuje una casa, es pedirle que revele el sueño más profundo donde quiere albergar su felicidad; si es dichoso, sabrá encontrar la casa cerrada y protegida, la casa sólida y profundamente enraizada"
Está dibujada en su forma, pero casi siempre hay algún trazo que designa una fuerza íntima. En ciertos dibujos es evidente, dice Mne Balig, "que hace calor dentro, hay fuego, un fuego tan vivo que se le va a salir de la chimenea". Cuando la casa es feliz, el humo juega suavemente encima del tejado.
Si el niño es desdichado, la casa lleva la huella de las angustias del dibujante. Francoise Minkowska ha expuesto una colección particularmente conmovedora de dibujos de niños polacos o judíos que padecieron las sevicias de la ocupación alemana durante la última guerra. El niño que ha vivido escondiéndose a la menor alerta, en un armario, dibuja mucho, después de aquellas horas malditas, casas estrechas, frías y cerradas. Y así Francoise Minkowska habla de "casas inmóviles", casas inmovilizadas en su rigidez: "Esa rigidez y esa inmovilidad se encuentran igualmente en el humo y en las cortinas de las ventanas. Los árboles que la rodean son rectos, parecen vigilarla". Francoise Minkowska sabe que una casa viva no es realmente "inmóvil". Integra en particular los movimientos por los cuales se llega a la puerta. El  camino que conduce a la casa es con frecuencia una cuesta.
Aveces invita a subir. Hay siempre elementos cinestésicos. La casa tiene K, diría el rorschachiano. 
Con un solo detalle, la psicóloga Francoise Minkowska reconocía el movimiento de la casa. En la casa dibujada por un niño de 8 años, Francoise Minkowska observa que en la puerta hay "un tirador: se entra en ella, se habita". No es sencillamente una casa-construcción, "es una casa habitación". El tirador de la puerta designa evidentemente una funcionalidad; la cinestesia está señalada por este signo, tan frecuentemente olvidado en los dibujos de los niños "rígidos".
Observaremos bien que el "tirador de la puerta" no podría de ninguna manera dibujarse a la misma escala que la casa. Es su función la que se superpone a toda preocupación de tamaño. Traduce una función de apertura. sólo un espíritu lógico puede objetar que sirve tanto para cerrar como para abrir. 
En el reino de los valores, la llave cierra más que abre. El tirador abre más que cierra. Y el gesto que cierra es siempre rotundo, más fuerte, más breve que el gesto que abre. Midiendo esos  matices, se llega a ser, como Francoise Minkowska, un psicólogo de la casa"

Gastón Bachelard (1884 1962),  filósofo y poeta francés, fragmento de "Poética del espacio" (p.p. 104 - 106)