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viernes, 6 de junio de 2014

LOS NIDOS

"[...]es en los libros donde gozamos la sorpresa de "descubrir un nido" [...] La casa nido no es nunca joven. Podría decirse con cierta pedantería que es el lugar natural de la función de habitar. Se vuelve a ella, se sueña en volver como el pájaro vuelve al nido, como el cordero vuelve al redil. Este signo del retorno señala infinitos ensueños, porque los retornos humanos se realizan sobre el gran ritmo de la vida humana, ritmo que franquea años, que lucha por el sueño contra todas las ausencias. Sobre las imágenes relacionadas con el nido y la casa, resuena un íntimo componente de fidelidad. 
En este terreno todo sucede por toques sencillos y delicados. El alma es tan sensible a esas simples imágenes que en una lectura armónica oye todas las resonancias. Una lectura al nivel de los conceptos resultaría insípida, fría, lineal. Nos pide que comprendamos las imágenes unas tras otras. Y en este terreno de la imagen del nido los rasgos son tan simples que nos sorprende que puedan encantar a un poeta. Pero la simplicidad trae el olvido y de súbito sentimos gratitud hacia el poeta que encuentra en un toque raro, el talento de renovarla [...] Pero para comparar tan dulcemente la casa y el nido ¿no es preciso haber perdido la morada de la felicidad? Oímos un ay en ese canto de ternura. Si se vuelve a la vieja casa como se vuelve al nido, es porque los recuerdos son sueños, porque la casa del pasado se ha convertido en una gran imagen, la gran imagen de las intimidades perdidas"
   
Gastón Bachelard (1884 1962),  filósofo y poeta francés, fragmento de "Poética del espacio" (p. 130-137)


"Soñé con un nido donde los árboles rechazaban la muerte"
 Adolphe Shedrow

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