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miércoles, 19 de febrero de 2014

PORQUÉ HABLAR...

En varias ocasiones me han preguntado por el sentido de hablar sobre las violaciones éticas que confronto. Se que una se ahorra lo momentos incómodos cuando se calla, cuando se baja la cabeza y se sigue el camino de largo. Sin embargo, lo difícil para mí no son estos instantes de desagrado, sino el malestar interno que me deviene frente al compromiso de no dejar proseguir algo que no tiene porqué perpetuarse. Como bien decía Willy Brandt, "permitir una injusticia significa abrir el camino a todas las que siguen"- cosa que de alguna manera hacemos cuando guardamos silencio-. Como poeta no temo a la contrariedad, me es necesario desafiar la monotonía y los hechos imposibles, alzar la voz cuando tratan de apagármela. En lo personal prefiero cerrar las puertas que permitan el avance de hecho injustos, aunque eso implique cerrarme algunas entradas personales... 

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